El fiscal pide 50 años a los dos acusados de robar y asesinar a martillazos a un sacerdote

Murcia, 21 jul (EFE).- El fiscal ha pedido penas que suman 50 años de prisión para un hombre y una mujer, ambos, de nacionalidad rumana, que serán juzgados este mismo año en la Audiencia Provincial de Murcia acusados de robar y matar a martillazos al sacerdote S.F., según las conclusiones provisionales a las que ha tenido acceso EFE.

El escrito de acusación señala que los hechos ocurrieron el 8 de abril de 2007 en la residencia en Murcia de este sacerdote que había ejercido su labor pastoral en la parroquia de Moratalla y, sobre todo, en la iglesia de La Purísima, ubicada en la carretera de Alcantarilla, donde permaneció varios años.

Ese día, siempre según el fiscal, Marius N., con antecedentes por un delito de robo, y su compañera sentimental y también acusada, Ramona S., aguardaron la llegada del sacerdote a su vivienda, y cuando apareció, la mujer, "con la excusa de estar interesada en que le buscase trabajo, le acompañó a la vivienda y accedió al interior."

El fiscal añade que, momentos después, esta mujer franqueó la entrada a Marius, "que llegó pertrechado de un martillo de enlosar, un rollo de papel adhesivo de precintar y una caja de guantes".

Una vez en el interior de la casa, este acusado exigió a S.F. la entrega del dinero que guardaba en la vivienda, y "como quiera que no le fuera entregado, movido por el ánimo de causarle la muerte, le golpeó de improviso con el martillo en la cabeza hasta en tres ocasiones", produciéndole la fractura de varios huesos.

Después, "y una vez que el sacerdote cayó al suelo, pero sin llegar a quedar plenamente tumbado, Marius continuó golpeándole hasta alcanzarle con el martillo en la cabeza en otras cinco ocasiones", lo que le produjo, entre otras lesiones, la fractura del cráneo en las zonas parietales izquierda y derecha.

Afirma también el escrito de acusación que "estando S.F. plenamente tumbado, ambos procesados procedieron a maniatarlo y amordazarlo, valiéndose de la cinta de precinto para impedirle toda clase de movimientos, llegando a propinarle, todavía, otros dos golpes con el mismo martillo".

Estos últimos martillazos le alcanzaron en la zona parietal posterior derecha y en la región occipital, "para finalizar atándole los pies con una camisa al larguero de la cama".

Acto seguido, añade la acusación estatal, los procesados procedieron a registrar diversas dependencias de la vivienda y los bolsillos del pantalón que vestía S.F., "apoderándose del contenido ignorado de una bolsa hallada junto al cadáver, así como de la cartera con la documentación personal y dinero en efectivo que portaba, cuyo importe se desconoce".

Antes de abandonar la vivienda, se apoderaron asimismo del teléfono móvil del sacerdote, y, ya en la calle, arrojaron a unos contenedores de basura próximos diversos efectos, que fueron recuperados por la Policía.

Ramona S. abandonó el territorio español al día siguiente de estos hechos con destino a Rumanía, mientras que Marius lo hizo con el mismo destino el día 10 de abril, para regresar éste a Murcia un mes más tarde, "siendo detenido a su llegada a la estación de autobuses".

Por su parte, Ramona fue detenida en Rumanía en virtud de una orden de detención europea y trasladada a Murcia el 8 de junio de 2007.

El fiscal pide para cada uno de los acusados veinte años de prisión por un delito de asesinato y otros cinco años por un delito de robo con violencia, además de una indemnización de 125.000 euros para los herederos.

El escrito de acusación señala que Marius N. conocía al fallecido desde el año 2005 y que presuntamente le prestaba determinados servicios, a los que éste correspondía "con recompensas económicas". EFE

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